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lunes, 27 de abril de 2009

ANGELITO



...Y la injusticia explotó en un orgasmo al ver a los poderosos adorarla. Yo mientras consumía mi vida viendo la cuenta atrás de mi fecha de caducidad. Un angelito apareció en la noche para acariciarme y huir tras la oscuridad. Y allí me quedé pensando en la brevedad de mi tiempo, tiempo que no controlo. Tiempo que un día quise que se acabara y que hoy necesito para ver a mi angelito. Porque un día ella regresó y dejó su equipaje en mi corazón. Corazón que yo empecé a tatuar con su nombre para que mi mente supiera en quien tiene que pensar. Y ella aparecía envuelta en un vestido de aurora boreal y con el aroma del jardín del edén. Y mi alma estaba tan llena que la distancia la hacía sangrar. Sus fotos empezaron a aliviar el paso del tiempo, pero como compensar el beso de la piel, las caricias de los labios y el polvo salvaje de dos miradas. Miradas que se ríen del silencio que se siente inferior a nosotros. Y entonces lo marcado no se hizo para nosotros, las tradiciones son obsoletas cuando dos almas gemelas se encuentran en este mundo. Dos estrellas que bajaron a la tierra para juntarse un día en las constelaciones de la amistad. ¿Es amistad, amor, sexo, mimos? es todo junto y no es nada, es necesidad. Es compartir y querer para uno solo, es la confianza y los celos, es cada uno de los latidos que produce mi corazón. Es pensar en una carita dormida mientras el teléfono no suena. Despertarse sobre tus labios y dormir bajo tu portal, bajo una noche estrellada y una vuelta a casa silenciosa. Son veinticuatro horas juntas y una semana sin verte. Sentarse en el arcén de la vida y caminar por entre los coches del destino. Es ser atropellado y levantarse sin un rasguño. ¿Y por qué tus abrazos no son eternos? ¿Por qué he de esperar viendo como los minutos se ríen de mí? Es una realidad de mentiras, una gran mentira que es la única verdad. Dejé plantada a la soledad para regalarte un anillo, por dejar trabajar mi mente esperando sonidos. Sonidos que son el oxígeno que me da vida. La misma vida que se emociona en un entrecruzar de dedos, en un abrazo desnudo o en la mordedura de un labio. Y me tengo que ir, y tú te quedarás, pero sólo tu cuerpo porque tu alma conmigo vendrá. ¿Cómo has hecho para que mis puertas lleven todas a ti? Que tu voz se convierta en la mejor melodía y tu cara en ese lugar que siempre quise ver. Ahora te veo y tú no a mí, o quizás sí. ¿Qué diferencia hay entre unos ojos cerrados y unos abiertos? Si ambos quieren ver lo mismo. ¿Y qué ocurre cuando nuestras mentes coinciden en la distancia? ¿Nos une o nos aleja? ¿Por qué tememos tanto la necesidad? Los golpes de la inmadurez son los más difíciles. El miedo al dolor nos aparta de nuestra esencia. Pero yo ya no tengo miedo, me agarro al presente, ignoro el futuro y dejo que el pasado me guíe. Me abrazo a tu nombre y pongo el cronómetro. Quizás se pare, yo creo que no, pero la vida es breve y muy grande mi amor. Un amor que ya no entiende de papeles ni de falsos te quiero, un amor que se alimenta de detalles y crece con miradas. Porque en los ojos escribí mis sentimientos y los enseñé a leer en los tuyos. El destino les hizo hablar la misma lengua, lengua que sólo entendemos tú y yo, y ocultamos a los demás. ¿Por qué la gente peca de amor narcisista? ¿Por qué las personas se vuelven trofeos? Trofeos que mostramos a nuestros amigos buscando envidias crueles. ¿Dónde está la autenticidad de un cuerpo? ¿Dónde el alma de una cara? ¿Dónde está la belleza interior en una sociedad angustiada? Sólo tengo tu amor, a la vida ya no le pido más nada.

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